LA EXPRESIÓN DEL FUTURO EN LAS LENGUAS ROMANCES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA


Boletín de la Real Academia Española
[BRAE · Tomo XCVI · Cuaderno CCCXIV · Julio-Septiembre de 2016]
http://revistas.rae.es/brae/article/view/160

Resumen: La expresión del futuro puede construirse en las lenguas romances de la Península Ibérica mediante varias estrategias lingüísticas: un tiempo morfológico propio, perífrasis aspectuales o incluso el empleo del presente de indicativo. Con el fin de cartografiar la vigencia de todas ellas, así como los factores que inciden en la elección de cada una, hemos sacado los datos del Atlas lingüístico de la Península Ibérica. Gracias a estos, descubriremos qué realidad lingüística imperaba en el siglo xx en los tres dominios estudiados: castellano, portugués y catalán.

Palabras clave: Futuro; iberorromance; atlas lingüístico; geografía lingüística.

EXPRESSING THE FUTURE IN THE ROMANCE LANGUAGES OF THE IBERIAN

Abstract: The future can be expressed in the Romance languages of the Iberian Peninsula by means of several linguistic strategies: its own morphological tense, aspectual periphrases or even the use of the present indicative. In order to map the prevalence of all of these, as well as the factors affecting the choice of each of them, we drew data from the Atlas lingüístico de la Península Ibérica. This data reveals the linguistic reality that prevailed in the twentieth century in the three domains studied: Spanish, Portuguese and Catalan.

Keywords: Future; Iberian romance languages; linguistic atlas; linguistic geography.


Introducción

La expresión del futuro suele construirse tipológicamente de acuerdo con dos parámetros fundamentales: uno de corte semántico, que atiende a valores de intención, volición, obligación o dirección; otro de ámbito sintáctico, que diferencia el tipo de oración y el tipo de construcción, según sea una forma analítica o sintética. Las lenguas romances actuales, al menos las occidentales, prefirieron seleccionar una construcción analítica sobre un tiempo sintético latino que, a su vez, provenía de una forma analítica anterior. Las lenguas romances de la Península Ibérica desarrollaron distinto grado de gramaticalización de la forma analítica latina, convirtiéndola de nuevo en una sintética. No obstante, actualmente han surgido nuevas estrategias que amenazan con reemplazar el futuro sintético tal cual se conoce actualmente en dichas lenguas. Estas van desde el uso de una nueva perífrasis, basada en la direccionalidad, al empleo de tiempos existentes que recogen también la idea de futuro. Con el propósito de recoger dialectalmente la expresión de futuro en las tres áreas lingüísticas más importantes de la península (portugués, catalán y español), hemos analizado los datos que a este respecto dan las respuestas del Atlas lingüístico de la Península Ibérica. Gracias a estos, conoceremos qué estrategia sintáctica se empleaba a mediados del siglo xx, en función del matiz semántico que el futuro puede poseer. Los resultados muestran un uso prolífico del futuro de indicativo en la zona catalana, un desplazamiento total de este tiempo por el presente de indicativo en el área portuguesa y una oscilación entre el futuro y el presente de indicativo en la zona castellana.

Del latín a las lenguas romances

El futuro como tiempo verbal, expresado con una forma sintética o morfológica, en las lenguas romances occidentales proviene de la gramaticalización de la construcción latina de infinitivo más el auxiliar habeo, en tiempo presente. Sin embargo, antes del nacimiento de dicha perífrasis, el futuro morfológico propio del latín era el más frecuente, mientras que otras perífrasis, como la de -urus sum, solían poseer matices de intención, predestinación o propósito1. El futuro morfológico latino también tenía matices modales, de tal manera que para la primera persona solía interpretarse como intención o voluntad; para la segunda, una orden y para la tercera, una posibilidad o regla general. El presente de indicativo también recogía temporalidad posterior a la del momento de habla. El subjuntivo carecía de futuro y la referencia a la posterioridad se marcaba con el presente o perfecto de subjuntivo o la forma perifrástica en -urus.

En cuanto a la perífrasis infinitivo más habeo, esta ya se daba en el latín tardío peninsular2 (hacia el siglo i a. C. para Company)3, y convivía con otras perífrasis de infinitivo más verbos modales, como debeo o volo, así como con el futuro propio del latín (amabo). Se han barajado distintas teorías para justificar el triunfo de habeo sobre otras opciones. Por un lado, para Company4, el cambio que se produjo del futuro latino al que se documenta actualmente en las lenguas romances se debió sobre todo a la fuerte homonimia que se produjo en el latín tardío dentro del paradigma verbal. De acuerdo con la autora, ciertas formas de perfecto se asimilaron fonológicamente a otras de futuro. Estas homonimias también produjeron confusión entre distintas conjugaciones, las cuales, a su vez, presentaban homofonía entre formas de futuro y de presente de subjuntivo. Dicha falta de homogeneidad provocaba una desigualdad y una irregularidad que no eran consistentes. Asimismo, el triunfo de habeo habría sido causado por un cambio social. Basándose en Coseriu5, el cambio de formas como amabo a perífrasis con modales de voluntad u obligatoriedad tiene origen en el cambio conceptual que la imposición del cristianismo como religión y pensamiento del Imperio trajo consigo, ya que dicha corriente postulaba que las acciones de los individuos son responsabilidad del mismo individuo, el cual es capaz de modificar su futuro.

Benveniste6 argumenta que el futuro latino habere más infinitivo no tiene que ver con la idea de obligación y aduce distintas razones: la perífrasis se inició con habere y el infinitivo pasivo; solo podía formarse con el tiempo imperfecto de habere; estaba restringido a subordinadas, sobre todo de relativo. Cree que tenía un matiz de predestinación (lo que se hará) en lugar de obligación (lo que se tiene que hacer).

Nocentini7 opina, no obstante, que el futuro es sintético por una cuestión meramente tipológica. De un verbo típicamente de soporte (habeo), la gramaticalización de la perífrasis hacia la forma de síntesis habría estado favorecida por los siguientes factores: la no interrupción de la secuencia de infinitivo más auxiliar por morfemas de concordancia, ya que responde a la regla de formación de palabras raíz-flexión; la secuencia con auxiliar pospuesto se justifica tanto por una razón sintáctica, ya que las lenguas romances otorgan mayor relevancia y frecuencia al verbo, adelantándolo a posiciones iniciales, como por una razón prosódica, pues el auxiliar, que equivaldría a un semiclítico, seguiría al infinitivo, su host acentual; una vez que el orden no marcado es el de infinitivo más auxiliar, se produce un cambio prosódico, basado en que el acento desinencial empieza a recaer en este último, aunque aún existen secuencias con pronombre átono entre infinitivo y auxiliar: una vez que la secuencia se convierte en una única palabra fonológica, el acento se desplaza por completo a la desinencia.

Las lenguas iberorromances

Como ya hemos introducido, el paso del latín a las distintas lenguas romances en lo que respecta al futuro fue similar en las lenguas de la Romania occidental y central, pero no en la oriental. Company8 documenta varias formas de expresión de posterioridad, según ciertos valores semánticos, como necesidad, obligación, deseo, voluntad o intención. La perífrasis de infinitivo más habeo (que solía dar un matiz de obligatoriedad) triunfó sobre las demás9 y empezó a producirse primero en oraciones pasivas, posteriormente pasó a verbos deponentes e intransitivos y, poco a poco, se generalizó. Otras perífrasis, con volo, debeo o venio, se documentan actualmente en ciertas lenguas y dialectos de la Romania oriental. Las lenguas de la Romania occidental se han decantado sobre todo por infinitivo más habeo, mientras que algunos dialectos del italiano recurren al presente y modifican la temporalidad con el uso de adverbios.

Sin embargo, la forma morfológica o sintética goza de distinta popularidad, según el área romance por la que nos desplacemos. Por ejemplo, para el italiano, Rohlfs10 asegura que la parte meridional de Italia desconoce los futuros con habeo, ya que nunca fueron populares, y se prefiere el presente de indicativo. Solo cuando el presente es muy ambiguo, se recurre a la perífrasis con avere más infinitivo. Si hay futuros sintéticos en la literatura meridional es por influjo del norte o por registro, pero no reflejan el habla popular. En zonas septentrionales, el futuro también adquiere un valor exhortativo y sirve para el imperativo, así como para la incerteza. También sustituye al subjuntivo en relativas sin antecedente por su valor potencial.

Si nos detenemos en las lenguas romances de la Península Ibérica, la situación difiere, de acuerdo con el área lingüística.

Español

Para el español, la formada por infinitivo más presente de habeo ya había triunfado en la Baja Edad Media, se había reanalizado y convertido en una forma sintética11, como se observa en documentos alfonsíes y navarro-aragoneses de dicha época. Previamente a su gramaticalización, se atestiguaba la mesoclisis12, es decir, el hecho de que el pronombre átono se ubicara antepuesto al verbo conjugado, rompiendo así la perífrasis. Sin embargo, la alta tendencia a la proclisis que se manifestó, sobre todo, a finales del Medievo propició también la completa fusión de la forma infinitivo más habeo13, hasta tal punto que ciertos infinitivos redujeron su carga fonética cuando se adjuntaron al auxiliar en dicho proceso de gramaticalización14. El orden infinitivo-auxiliar convivió a su vez con el orden de auxiliar-infinitivo, hasta que la primera estrategia se especializó para la idea de futuro y la segunda para la obligación, con la adición de la preposición de entre ambos elementos15.

Sin embargo, el futuro analítico no fue la única innovación que se implantó en la zona castellana. Al mismo tiempo, surgió un tiempo nuevo, el futuro de subjuntivo, como fusión de los paradigmas de futuro perfecto y pretérito perfecto de subjuntivo16, el cual empezó a emplearse para expresar una hipótesis futura. Este tiempo verbal nacido del paso del latín a las lenguas romances dejó de utilizarse enseguida17, compitiendo con el presente o perfecto de subjuntivo, hasta que devino arcaizante ya a principios de la Edad Moderna. Al mismo tiempo, surgieron nuevas fórmulas para expresar la noción de posterioridad. Una de ellas, que pervive hasta la actualidad, es la perífrasis ir a más infinitivo, documentada alrededor del siglo xiii18.

Una de las afirmaciones que más se extiende hoy en día sobre el español contemporáneo recalca la proliferación de la expresión ir a más infinitivo en lugar del futuro morfológico, sobre todo en el español de América19; es más, Caricaburro20 llega a sostener que el futuro morfológico es un tiempo aprendido en América que no se da en la lengua hablada, y que es suplido por esta perífrasis. En el caso del español peninsular, Zamora Vicente21 recoge un empleo más fecundo de esta construcción en zona leonesa y, hasta cierto punto, en Andalucía. Para Alvar22, la zona castellana también se ve afectada por un avance notable de ir a más infinitivo. No obstante, esta construcción aspectual no es la única que amenaza al futuro morfológico. Los presentes de indicativo y subjuntivo también están copando contextos sintácticos donde antes imperaba el futuro de indicativo. Este rasgo ya se atestigua en la lengua medieval, donde el presente de subjuntivo competía con el futuro de indicativo (e incluso con el de subjuntivo) para subordinadas de contingencia23. Actualmente, el uso del presente de indicativo sobre el futuro se manifiesta en Andalucía24 y en zona castellana, debilitándose cuanto más al oriente peninsular nos movamos, ya que el área aragonesa aún tiene un uso muy arraigado del futuro25. Todas estas estrategias poseen matices específicos, ya que, de acuerdo con la RAE26, actualmente en español peninsular, el futuro morfológico se emplea para conjeturas, órdenes, solicitudes, recomendaciones, promesas o compromisos, es decir, acciones en las que se espera un comportamiento futuro del hablante u oyente; por el contrario, el presente de indicativo surge para acciones inmediatas (si bien alterna con el futuro), mientras que el presente de subjuntivo se constriñe a una cuestión sintáctica o, lo que es lo mismo, se restringe a subordinadas encabezadas por si o en relativas sin antecedente. Para Bull27, no obstante, la elección del futuro en español obedece a razones más de conjetura, mientras que el presente de indicativo aparece en oraciones sobre las que se tiene certeza o para las que ya hay planes previamente concebidos o en marcha.

Portugués

El portugués heredó el futuro perifrástico de infinitivo más habeo igual que el resto de lenguas romances occidentales28 y, como en español, la secuencia infinitivo más auxiliar concurrió con la de auxiliar más infinitivo. Asimismo, desarrolló el futuro de subjuntivo para hipótesis en subordinadas. La diferencia con respecto al español estriba en el grado de gramaticalización de la perífrasis latina y las distintas estrategias para construir la idea de posterioridad. Según Vázquez y Mendes da Luz29, la construcción de infinitivo más habeo nunca llegó a fusionarse, puesto que, a día de hoy, sigue siendo obligatoria la mesoclisis entre el infinitivo y la desinencia. La intercalación del pronombre clítico conlleva además un reajuste fonético y ortográfico, en función de la terminación del infinitivo que, ya para Nunes30 resultaba artificial y pomposo en la lengua hablada de hace un siglo.

Así, actualmente, la aparición del futuro morfológico es rara en el plano oral31 y se circunscribe para la incerteza, conjetura e incluso cortesía. En sustitución, el presente de indicativo o incluso la perífrasis ir más infinitivo han recogido la idea de predicción, intención, volición o inmediatez. Asimismo, la secuencia haver de más infinitivo se ha fijado para dar un matiz más categórico a una acción futura32, con ciertos tintes de obligatoriedad, como en la zona gallega33. Todos los autores mencionados concuerdan al sostener que el futuro de subjuntivo sigue teniendo plena vigencia en el portugués europeo actual, por lo que Vázquez y Mendes da Luz34 consideran que dicha lengua posee un carácter muy conservador.

Catalán

En el caso del catalán, Badia i Margarit35 y Moll36 estiman que el futuro se formó de igual manera que en las demás lenguas de la Romania occidental, si bien su gramaticalización fue más rápida, ya que la intercalación del clítico entre infinitivo y auxiliar se perdió mucho antes que en español. Pérez Saldanya37 apunta a que el futuro en catalán se utiliza para acciones prospectivas, independientemente de la lejanía temporal de dicha acción con respecto al acto de habla. Tan solo en oraciones condicionales iniciadas por si, el futuro no puede aparecer y en las relativas sin antecedente alterna con el presente de subjuntivo. Aunque el futuro es el tradicional, el presente de subjuntivo es el más documentado en la lengua oral actual, todo lo contrario al catalán antiguo. También se utiliza el futuro para la probabilidad o incerteza, aunque es más usada la perífrasis deure más infinitivo. Para Blas Arroyo38, en Cataluña hay una productividad muy arraigada del futuro flexivo, sin que la perífrasis ir a más infinitivo se haya impuesto como en el español.

¿Modo o tiempo?

La teoría lingüística siempre se ha debatido entre el hecho de que el futuro, en lugar de tiempo verbal per se, sea en realidad un modo. De hecho, Binnick39 sostiene que, en lenguas como el inglés, alemán o japonés, el futuro es un tiempo marcado, que, aparte de su valor de posterioridad, posee matices modales. El problema del futuro para Comrie40 y Ultan41 es que implica una acción que, necesariamente, es especulativa, ya que no ha tenido lugar y, por tanto, es mutable, a diferencia del pasado, cuya referencia es inmutable porque ya ha acontecido. El futuro puede verse modificado por hechos ajenos a nuestra voluntad o por nuestros propios actos, de ahí que, de acuerdo con los autores, el pasado sea más definido que el futuro, por lo que dentro de este último, entra en juego el modo oracional.

Así, Comrie42 argumenta que, en muchas lenguas, entre ellas las indoeuropeas, la dicotomía se forma a partir del tiempo pasado y no pasado, ya que el presente puede recoger la expresión sobre la posterioridad, como el alemán o el finés, los cuales, a pesar de tener una perífrasis con valor de futuro, poseen como rasgo característico el hecho de que el presente es el tiempo que recoge más comúnmente la idea de futuro, a no ser que haya peligro de ambigüedad. Para otros idiomas, la oposición futuro y no futuro es una cuestión de realis e irrealis, siendo el presente y el pasado propios del modo realis y, el futuro, del irrealis, ya que puede aún verse modificado al no haberse producido. Para Ultan43, no obstante, la dicotomía está entre lenguas prospectivas o retrospectivas, siendo las primeras características del uso del presente muchas veces para marcar futuro pero no pasado (excepto histórico), y las últimas, al revés.

Independientemente de la organización de cada lengua, resulta comprobado que la expresión del futuro suele organizarse atendiendo a parámetros sintácticos y semánticos. De acuerdo con las primeras restricciones, Fawley44 documenta que el futuro no suele construirse en oraciones subordinadas. De la misma opinión son Bybee et al. 45, quienes afirman que los futuros suelen darse en las oraciones principales, a diferencia de las subordinadas, sobre todo hipotéticas, donde los verbos conjugados en futuro apenas se manifiestan, a pesar de su deixis a una temporalidad posterior. Al no ser las oraciones encabezadas por si o cuando asertivas, el uso del futuro es menor o mucho menos esperable (véase la oposición entre when I grow up, *when I will grow up). Para los autores, el uso del presente con valor de futuro es un desarrollo ulterior.

Pero el modo verbal también es clave para la construcción del futuro. A este respecto, Ultan46 recoge que el subjuntivo suele reunir las características del futuro, ya que expresa irrealidad, incerteza, probabilidad, por lo que un solo tiempo en dicho modo reúne muchas interpretaciones, a diferencia del indicativo, que suele mantener sus diferencias temporales. No obstante, el subjuntivo parece ser un tiempo propenso a ser absorbido por el indicativo, ya que este último es menos marcado. De hecho, muchos valores de subjuntivo en italiano y francés han sido ocupados por el indicativo47.

Si nos detenemos a analizar los factores semánticos que desencadenan la expresión o las estrategias para marcar futuro, encontramos unanimidad entre los autores. Ultan48 cree que los futuros suelen provenir de modales, sobre todo si expresan obligación, volición, incertidumbre o irrealidad y, hasta cierto punto, pueden evolucionar de categorías aspectuales o con una orientación hacia un objetivo. Bybee y Pagliuca49 afirman que el futuro suele componerse por dos estrategias fundamentales: verbos de deseo (que suelen requerir un agente animado, véase el inglés will o el griego θα) o de movimiento (que requiere un sujeto capaz de moverse, véase be going to del inglés o el verbo ir más infinitivo en las lenguas romances). Estos últimos pueden alternar entre movimiento hacia el hablante (venir) o desde el hablante (ir), siendo esta última posibilidad la más común. Otras estrategias se reducen a verbos de posesión, existencia, llegar a existir (werden en alemán), u obligación. Para estos autores, los futuros con valor de incerteza o probabilidad son derivables de los futuros de obligación, como ocurre en las lenguas romances.

Para Dahl50, cuando hablamos de futuro, hablamos tanto de los planes, intenciones u obligaciones de alguien así como de predicciones. Para el autor, la hipótesis no es un rasgo distinto de la posteridad y recoge que en ciertas lenguas la hipótesis se expresa con el presente y en otras, mediante el futuro. La expresión del futuro, por tanto, depende de una visión epistémica. Y como otros autores han apuntado, Dahl cree que el futuro se construye atendiendo a una referencia temporal posterior al momento de habla, al concepto de intención, obligación y añade el concepto de grados de deixis (remoteness). A este respecto, Fawley51 documenta que ciertas lenguas mantienen una diferenciación en relación a la distancia temporal del futuro con respecto al presente, es decir, un futuro lejano o próximo. Una de las lenguas que más investigación ha suscitado para marcar el grado de distancia futura ha sido el inglés. De hecho, Binnick52 cree que la diferencia entre be going to y will reside en que el primero alude a un futuro más inmediato y con una certeza de realización más fuerte que will, que es puramente contingente o habla de un futuro muy lejano. Wekker53 cree que el inglés británico actual no termina de distinguir perfectamente las estrategias de futuro, ya que muchas veces todas ellas tienen usos compartidos. Por regla general, el presente continuo hace referencia a una situación inmediata, que no se completa, del que ya hay planes establecidos; el presente simple se usa para eventos programados (scheduled), como la hora a la que sale el tren; will se usa para sugerencias, predicción y eventos futuros que no se han planeado previamente; be going to comparte usos de will, pero suele referirse a eventos planeados, intención y un futuro de una inmediatez intermedia, así como a eventos que pueden ocurrir, a tenor de las circunstancias del presente.

En resumen, los desencadenantes semánticos que fuerzan una lectura de futuro se repiten universalmente: volición, intención, obligación o movimiento. Incluso se ha trazado el camino lingüístico por el que estos matices se reinterpretan como valores futuros. Por un lado, Bybee et al.54 recorren el desarrollo de una lectura modal a otra temporal. De acuerdo con ellos, en un primer estadio, la modalidad se halla orientada al agente (obligación, volición, deseo o habilidad); posteriormente se desarrollan los valores de posibilidad e intención, derivada de la generalización del valor semántico y metafórico de los anteriores; seguidamente, esas lecturas evolucionan a una de futuro y empiezan a expresar predicción; por último, aparte de denotar predicción, el futuro adquiere otros valores epistémicos, como probabilidad. Una última evolución sería el uso del futuro con valor imperativo. Es en último paso cuando los futuros también se pueden atestiguar en subordinadas. Asimismo, cuanto más orientada al agente sea la modalidad (permiso, obligación, deseo o habilidad), mayor probabilidad de obtener una perífrasis, mientras que cuanto más gramaticalizada esté la lectura epistémica, mayor probabilidad de encontrar un futuro sintético, por lo que las perífrasis suelen surgir con posterioridad a los tiempos sintéticos.

Otra de las estrategias que evolucionan a un valor de posterioridad es la derivada de verbos de movimiento. Para el caso del español, por ejemplo, Melis55 documenta que la perífrasis habría seguido varias fases: en un primer momento, el origen metafórico, en el que la direccionalidad de ir se asemeja a un acto futuro, empieza a asociarse a una acción inminente que ocurrirá justo después de la temporalidad en la que se inserta el acto de habla; posteriormente, la perífrasis desarrolla valor prospectivo, es decir, denota cualquier evento futuro siempre y cuando esté conectado con el presente o cuyo acontecimiento esté regido por los acontecimientos presentes, lo cual conlleva una lectura muy subjetiva, de acuerdo con la visión del hablante; por último, la perífrasis deja de poseer ese carácter subjetivo y de relación con el presente, y termina sirviendo para expresar un evento posterior al acto de habla, una predicción futura, independientemente de los matices semánticos que pueda haber en dicha expresión. Sería en esta fase cuando ir a más infinitivo desbancaría al futuro morfológico.

Independientemente del origen semántico por el cual se haya desarrollado un tiempo futuro, hemos observado que estos se debaten entre una forma sintética y otra analítica que parecen irse intercalando en el tiempo. El paso de una estructura analítica a una sintética ha sido documentado por muchos autores. Sin embargo, también se atestiguan casos contrarios, es decir, estrategias sintéticas que empiezan a reemplazarse por otras analíticas. A este respecto, Bichakjian56 investiga las diversas formas de un cambio lingüístico: cíclica o lineal. La primera atiende a una forma lingüística que abandona una función para denotar otra y acaba volviendo a la que expresaba en primera instancia. La segunda tiene que ver con una modificación de estrategias que siempre denotan el mismo concepto. Por tanto, la sustitución en las lenguas romances del futuro morfológico por uno perifrástico como ir a más infinitivo respondería al cambio lineal, igual que le ocurrió al latín con el triunfo de la forma analítica de infinitivo más habeo sobre el sintético amabo, y que más tarde se sintetizó en amaré, hasta el día de hoy que parece estar siendo desbancada por otra construcción analítica, en este caso ir a más infinitivo.

El Atlas lingüístico de la Península Ibérica

El primer corpus dialectal que puede mostrar las divergencias con respecto a la expresión del futuro en las lenguas romances peninsulares es el Atlas lingüístico de la Península Ibérica (ALPI). Esta recopilación de datos dialectales, del que solo se publicó un tomo (1962) de los diez pensados en un principio, fue impulsada por Ramón Menéndez Pidal, quien encargó la dirección del atlas a su discípulo Tomás Navarro Tomás en los años 1920-1930, a imitación del entonces recién publicado Atlas lingüístico de Francia (1902-1912). Las encuestas se llevaron a cabo entre 1931 y 1936, año en el que estalló la Guerra Civil, y una pequeña parte se terminó de realizar entre finales de la década de 1940 y todo el decenio de 1950. Esto implica que los resultados que salgan de su estudio se refieren a realidades de esa época, que pueden haber cambiado. La realización de las encuestas estuvo a cargo de tres equipos repartidos por la zona castellana, la gallego-portuguesa y la catalano-valenciana, con dos investigadores nativos en cada grupo. Se encuestaron 527 enclaves, desechando puntos urbanos, ya que se pretendía recoger el habla rural de informantes con pocos niveles de estudio, que rondaran entre los cuarenta y sesenta años y que toda su vida hubieran vivido en el pueblo57.

Los resultados se recopilaron en cuadernos manuscritos en transcripción fonética y las preguntas abarcaban desde la pronunciación de palabras sueltas para el estudio de la fonética y el léxico, hasta la repetición de oraciones completas según el habla de cada zona, con el fin de estudiar la morfología y la sintaxis. Después de la Guerra Civil, Navarro Tomás se llevó consigo al exilio los cuadernos de encuesta, que no se devolvieron al CSIC hasta 1951. Desde 1999, David Heap, profesor de la Universidad de Western Ontario, en Canadá, ha obtenido copias de los cuadernos y ha venido ofreciéndolos en red58. Los datos inéditos del ALPI son, pues, una preciosa fuente de información para el estudio de la lenguas iberromances y el estado de las mismas a principios del pasado siglo.

La metodología del cuestionario tiene ventajas e inconvenientes. En cuanto a los problemas que suscita, los datos pueden plantear dudas por la metodología seguida en su recolección: al tratarse de preguntas cerradas, los encuestadores pedían a los informantes que repitieran la palabra o la frase incluida en el cuestionario, por lo que esto pudo haber condicionado la respuesta del informante y la espontaneidad de su discurso. A pesar de los fallos que el planteamiento del cuestionario de un atlas lingüístico pueda plantear, sus resultados sirven como punto de partida para describir los rasgos en estudio y tratar de postular un patrón que se ajuste al comportamiento de dichos rasgos. Sin embargo, en el caso específico de las distintas estrategias para expresar el futuro, estas ya estaban en el enunciado de la frase pre-establecida, por lo que es posible que las respuestas puedan ser aún más problemáticas.

Las 12 preguntas del cuestionario analizadas para estudiar el futuro son Aún no habrá venido (n.º 302 del cuestionario); Vamos ahora mismo (n.º 304); Volveré luego (n.º 305); Se va a pudrir la fruta (n.º 309); ¿Cuándo salís de viaje?, (n.º 315); Esperan que vayamos (n.º 334); Nos verá cuando vengamos (n.º 335); Cuando seas estudiante (n.º 339); Os vais a caer (n.º 341); Diga lo que dijere, no le creeremos (n.º 392); Aunque haga frío, no saldré (n.º 393); Cuanto más siegues, mejor (n.º 396).

Descripción de los mapas

Los mapas resultantes del ALPI pueden analizarse a continuación. En primer lugar, comenzaremos por el valor semántico de la duda, gracias a la pregunta Aún no habrá venido (mapa 1).

1. Incerteza.
1. Incerteza.

Este primer mapa ya nos muestra la dificultad con la que tuvieron que plantear las preguntas pre-establecidas, ya que, sorprendentemente, se advierten usos de pretérito perfecto, ya sea simple o compuesto (Aún no ha venido / vino) en el área del español occidental y la zona leonesa y asturiana. Desconocemos por completo cómo se formuló esta oración, por lo que nos centraremos en el área oeste en la que el futuro morfológico sigue siendo el elegido para expresar duda (Aún no habrá venido). La zona catalana y del español central y oriental prefiere de manera hegemónica también el futuro flexivo. No obstante, en el área gallego-portuguesa, cabe resaltar el uso del condicional (a excepción de algunos puntos del Algarve y los alrededores de Lisboa y Oporto, donde se ha optado por el futuro). En el resto, los informantes han expresado Ainda não viria.

En segundo lugar, analizaremos los datos de las dos preguntas, en cuya formulación aparecía la perífrasis ir más infinitivo (mapas 2 y 3).

2. Probabilidad.
2. Probabilidad.
3. Probabilidad.
3. Probabilidad.

Ambos mapas ofrecen una lectura monolítica. Las áreas portuguesa y española optan unánimemente por la perífrasis aspectual, mientras que la zona catalana alterna entre el futuro de indicativo o el modal (poder) (mapa 2). Excepto en un enclave aislado, la zona del catalán aún no se ha visto afectada por esta innovación, por lo que produce de forma más fecunda el futuro morfológico.

A continuación, ofreceremos los mapas que expresan un valor temporal posterior absoluto (mapas 4 y 5).

4. Probabilidad.
4. Probabilidad.
5. Inmediatez.
5. Inmediatez.

La diferencia entre estos dos mapas radica en el adverbio que acompaña al valor temporal del verbo. Además de la propia formulación (futuro con luego y presente con ahora), se observa que el futuro morfológico, una vez más, es más productivo en Cataluña y el área catalanoparlante, si bien es cierto que el mapa 5 produce una gran cantidad de respuestas en presente de indicativo. Por el contrario, el mapa 4 ofrece hegemónicamente la opción del futuro, aunque existen ciertas zonas minoritarias en el occidente y centro peninsulares en las que se ha optado por el presente de indicativo.

6. Predicción.
6. Predicción.

En el mapa 6, el uso del futuro es unánime, salvo un único enclave portugués que ha optado por haver de más infinitivo para la idea de futuro. Esta solución, arcaizante para Company59 no es más que un estadio muy primitivo de la gramaticalización en el actual futuro flexivo.

7. Intención.
7. Intención.

El mapa 7 muestra cómo todo Portugal opta por el presente para una temporalidad futura basada en una intención. Las zonas más occidentales del español alternan, aunque muy minoritariamente, entre el futuro y el presente, mientras que el resto de la Península opta por el futuro de indicativo, al menos en la oración principal. La prótasis ha optado unánimemente por el presente de subjuntivo en los tres dominios.

La pregunta 315, ¿Cuándo salís de viaje?, que puede enmarcarse en el lado de la volición, aunque también de la intención o incluso de un plan programado, del tipo scheduled del presente simple del inglés (no poseemos ningún contexto que lo especifique) ha dado como resultado el presente de indicativo en toda la zona encuestada, excepto ciertos enclaves del oriente peninsular, a partir de Aragón y con más auge, aunque muy moderado, al norte de Cataluña.

8. Volición.
8. Volición.

De acuerdo con el mapa 8, una vez más, el verbo de la principal ha fluctuado entre presente y futuro. De nuevo, el presente se da en toda el área portuguesa, la zona astur-leonesa y el centro y occidente peninsulares en su vertiente más septentrional. El resto de la Península opta por el futuro morfológico, con la salvedad de unos enclaves en zona catalana.

9. Contingencia.
9. Contingencia.

Si analizamos el mapa 9, advertimos que la prótasis de esta pregunta muestra que el segundo elemento se conjuga en futuro de subjuntivo en la zona portuguesa y en parte del área gallega, mientras se prefiere el presente de subjuntivo en el resto de las lenguas romances peninsulares, en las que, en principio, el futuro de subjuntivo está en desuso.

10. Contingencia.
10. Contingencia.

En el mapa 10, no obstante, el presente de subjuntivo es el preferido para la subordinada sustantiva, a excepción de un enclave en Mallorca, donde se ha expresa el futuro de indicativo.

11. Contingencia.
11. Contingencia.

El mapa 11, reservado a la hipótesis futura o contingencia, muestra que el futuro de subjuntivo sigue siendo muy prolífico en el portugués, aunque parece estar retrocediendo en zonas limítrofes con el área española, donde se elige el presente de subjuntivo. De nuevo en la zona catalana, si bien en la oriental, se opta por el futuro de indicativo, mientras que en la zona valenciana la opción propia del español parece haber penetrado. De manera anecdótica, el presente de indicativo ha aparecido en Galicia y parte de Valencia y Castellón.

12. Contingencia.
12. Contingencia.

En el mapa 12, de nuevo, la hipótesis reservada a la contingencia se expresa mediante el futuro de subjuntivo en Portugal, con excepción de algunos enclaves que han optado por la solución del español: el presente de subjuntivo. Una vez más, la zona catalana opta por el futuro de indicativo, aunque acepta en zonas limítrofes la solución del español. La Comunidad Valenciana es la más receptiva a la estrategia de la zona castellana.

13. Consejo / sugerencia.
13. Consejo / sugerencia.

Una pregunta similar, en este caso para un consejo o sugerencia, cartografiada en el mapa 13, muestra una vez más el férreo mantenimiento del futuro de subjuntivo en Portugal (aunque hay zonas donde el presente de subjuntivo penetra), y la conservación del futuro de indicativo en Cataluña, pero no en Valencia, donde la solución castellana se ha implantado por completo. Cabe destacar ciertos enclaves de Alicante y Murcia donde se ha optado por el presente de indicativo, seguramente por la metodología de la encuesta. Como Comrie60, Bybee et al.61 o Ultan62 apuntaban, la sugerencia o consejo también puede materializarse a través de un futuro.

Análisis

A continuación, pasaré a analizar los datos, atendiendo a tres parámetros: geográfico, sintáctico y semántico.

Geografía

Independientemente de los condicionantes sintácticos y semánticos, la lectura de la expresión del futuro en términos geográficos indica que existe, a rasgos generales, un continuum que, por un lado, va desde el área portuguesa con un favorecimiento muy arraigado del presente de indicativo63, sigue por el área del castellano occidental, donde el presente cada vez es más prolífico pero alterna ya con el futuro de indicativo, el cual está plenamente asentado en el área del castellano oriental y es hegemónico en la zona catalana. Si lo comparamos con atlas más actualizados, con respecto a la zona del español, el ALEC-MAN64 muestra en las oraciones Lo haré el mes que viene y Te lo contaré mañana un desplazamiento del futuro por el presente de indicativo sobre todo en las provincias occidentales. En las orientales, sobre todo las limítrofes con Aragón, son más prolíficas las formas de futuro. En el Atlas lingüístico y etnográfico de Cantabria65, la pregunta Vamos ahora mismo da unanimidad de presente y matiza que se refiere a una acción que se va a realizar inmediatamente. En Quizá va a llover, hay oscilación entre va a llover y llueva. Por último, el ALEA66 tiene en la oración Quizá llueva una hegemonía de presente, y de una forma mínima en el nororiente la perífrasis ir a más infinitivo. En Volverá pasado mañana, excepto unos pocos enclaves almerienses donde hay perífrasis, se prefiere el futuro morfológico. En Cuanto más trabajes, mejor, la única respuesta es el presente de subjuntivo.

Por otro lado, vemos que la zona castellana resulta muy influyente con respecto a los otros dos dominios, puesto que ha desplazado en el área valenciana el futuro de indicativo en ciertas subordinadas, favoreciendo la norma castellana; asimismo, este empleo del presente de subjuntivo en lugar del futuro de subjuntivo en Portugal penetra por zonas limítrofes de la frontera con el castellano occidental, si bien aún resulta minoritario.

Sintaxis

Antes de analizar los factores sintácticos, resumiré los datos en la tabla 1.

ESPAÑOLPORTUGUÉSCATALÁN
RelativasPres. Subj.Fut. Subj.Fut. Ind.
SustantivasPres. Subj.Pres. Subj.Pres. Subj.

Tabla 1: Expresión del futuro, de acuerdo con la sintaxis.

Los mapas expuestos del ALPI han dado un resultado hegemónico de presente de subjuntivo para oraciones subordinadas sustantivas, mientras que las relativas presentan una distribución desigual, según el área lingüística. Así, el catalán sigue eligiendo el futuro de indicativo, tal y como indicaban las gramáticas. Esta particularidad se perdió en el español, como argumenta Fernández-Ordóñez, a finales de la Edad Media, si bien siempre fue la opción minoritaria frente al presente de subjuntivo. Por último, el portugués mantiene la solución antigua del futuro de subjuntivo, el cual ya era arcaico en español en el Medievo. Cabe preguntarse por qué esta lengua, a pesar de haber adoptado el presente de indicativo casi por unanimidad en lugar del futuro y, por tanto, ser más innovador, ha preferido mantener el futuro de subjuntivo.

En primer lugar, hay que matizar que la perífrasis latina parece no haberse terminado de gramaticalizar nunca, como sostienen Vázquez y Mendes da Luz, ya que admite la mesoclisis del pronombre átono67, por lo que el portugués no considera dicha forma como fusionada. Es más, parece ser esa la causa del desplazamiento del futuro y condicional de indicativo por el presente e imperfecto de indicativo, puesto que en Nunes la mesoclisis ya se ve como algo pomposo y artificial que los hablantes tratan de evitar. Aunque el subjuntivo sea un modo más marcado y, por tanto, más propenso al sincretismo o a su desplazamiento por otras estrategias, el uso del futuro de subjuntivo solo puede darse en prótasis, en oraciones subordinadas que obligan a la anteposición del pronombre átono, sin que haya conflicto en su colocación entre raíz y desinencia. La mesoclisis portuguesa obliga a un reajuste fonológico entre raíz y pronombre, en función de la terminación de la primera, que, sin duda, dificulta la expresión de los dos tiempos que aceptan este hecho: futuro y condicional de indicativo. Es más, Dahl y Velupillai68 muestran en su mapa que el portugués carece de futuro flexivo, por lo que coincidiría con el hecho de que se pudiera colocar el clítico entre infinitivo y forma de haver, ya que seguiría siendo una perífrasis y no un tiempo gramaticalizado. El futuro de subjuntivo, ajeno a todo este tipo de reajustes, ha aguantado mejor a pesar de insertarse en un modo que suele ser absorbido por el indicativo y a pesar también de ser el tiempo verbal más marcado con respecto a los de presente y pretérito. No obstante, como ya hemos visto, el presente de subjuntivo empieza a penetrar en ciertas zonas del área portuguesa, desplazando al futuro, tal y como ocurrió en el español medieval.

Semántica

Antes de analizar la casuística semántica, sintetizaré en la tabla 2 los resultados.

ESPAÑOLPORTUGUÉSCATALÁN
ContingenciaPres. Subj.Fut. Subj.Fut. Ind.
IntenciónPres. / Fut. Ind.Pres. Ind.Fut. Ind.
InmediatezPres. / Fut. Ind.Pres. Ind.Fut. Ind.
VoliciónPres. / Fut. Ind.Pres. Ind.Fut. Ind.
IncertezaFut. Ind.Fut. Ind.Fut. Ind.
PredicciónFut. Ind.Fut. Ind.Fut. Ind.
Ir a más inf.Ir más inf.

Tabla 2: Expresión del futuro, de acuerdo con la semántica.

La primera característica que resalta es que el catalán opta unánimemente por el futuro de indicativo para cualquier valor semántico que se asocia a este tiempo. Solo en los valores de predicción e incerteza, los tres idiomas coinciden en otorgar al futuro sintético o morfológico dicha estrategia. Dudamos de las respuestas en condicional, debido al método de encuesta y nos preguntamos si se trata de una incerteza referida a un tiempo pretérito, lo cual sustentaría que el futuro se eligiera para una conjetura referida al presente, como varios enclaves portugueses presentan. Solo en las predicciones se observa la aparición de la perífrasis ir (a) más infinitivo tanto en español como en portugués, pues es inexistente en catalán. Sin embargo, las dos frases donde se escoge dicha perífrasis expresan un futuro de una inmediatez intermedia, así como eventos que pueden ocurrir, a tenor de las circunstancias del presente, tal y como afirma Wekker para la misma perífrasis en inglés (be going to). Para Fleischman69, los futuros con ir expresarían la visión subjetiva del hablante sobre la situación que está por llegar en el momento de habla. Bichakjian70 opina a este respecto en francés que la perífrasis con aller marca cierta relación con el presente.

Los tres valores semánticos que han sido desplazados por el presente de indicativo en portugués y empiezan a ser más prolíficos en la parte occidental del área castellana recaen en los de intención, volición e inmediatez. No parece casual que precisamente estos matices sean los que inicien el cambio (no hemos obtenido datos con relación a la obligación), como ya apuntaban Bybee et al71. De acuerdo con ellos, la jerarquía del futuro va de deseo > voluntad > intención > predicción. Es decir, un cambio en la expresión futura se inicia en los valores de la izquierda (como el caso del portugués con el presente de indicativo en detrimento del futuro) y termina en la predicción, paso que aún no se atestigua en la zona lingüística donde se observa dicho cambio. Para Fleischman72, el cambio del futuro al presente se debe al concepto del hablante sobre una acción que aún está por desarrollarse y que tiene relación con el momento presente. La perspectiva sobre la situación descrita, aunque fija en un tiempo futuro, puede aún verse modificada. Por tanto, cuanto menor es la intención, el control o la posibilidad de programar la acción futura, mayor probabilidad de uso de un verbo con morfología de futuro73. Como observamos en portugués y en el castellano occidental, el futuro se ve favorecido por la predicción, mientras que el presente por la intención y la volición.

Conclusiones

Los resultados de los datos del ALPI, así como su posterior análisis, de acuerdo con la teoría tipológica que hemos manejado, nos indican que el futuro de indicativo está en decadencia en la Península Ibérica, si bien sufre distintos grados de aceptación. Observamos un continuum geográfico que comienza en la zona portuguesa, donde el futuro de indicativo solo se da para expresar incerteza o predicción, es decir, el valor semántico que menor matiz de seguridad posee sobre la aserción. El resto de valores los recoge el presente de indicativo, el cual empieza a penetrar en el occidente castellano. La imposición de este tiempo no marcado pierde fuerza cuanto más al este nos desplacemos, siendo minoritario en el centro peninsular e inexistente en el oriente castellano y la zona catalana. Asimismo, la perífrasis ir (a) más infinitivo tan solo tiene vigencia en español y portugués, si bien se construye atendiendo a las circunstancias presentes, como ocurre en inglés o francés. Contrariamente a lo esperado, el futuro de subjuntivo sigue estando muy asentado en portugués, ya que no plantea la misma problemática que el futuro de indicativo cuando se acompaña de pronombres átonos. La imposibilidad de mesoclisis y de reajuste fonológico habría propiciado la pervivencia del futuro de subjuntivo, pero no del de indicativo.

Sintácticamente, el futuro de indicativo se da en todas las oraciones en catalán, con excepción de las subordinadas sustantivas. El portugués prefiere el futuro de subjuntivo para las relativas y el presente de subjuntivo para las subordinadas sustantivas, mientras que el español ha generalizado el presente de subjuntivo en la subordinación.

Lingüísticamente, nos hallamos ante un proceso lineal que favorece un ciclo entre forma sintética, sustituida por una analítica que termina sintetizándose para, posteriormente volver a ser suplida por otra analítica, pero que siempre hace referencia a un mismo concepto gramatical, en este caso el futuro como tiempo verbal. Como ya ocurrió en latín y ha acontecido en muchas lenguas indoeuropeas, las innovaciones surgen en lecturas de volición, intención u obligación y se extienden gradualmente a otras lecturas contingentes hasta alcanzar la conjetura y la predicción y asentarse en todos los contextos sintácticos, incluidas las subordinadas. A este respecto, el catalán sería la lengua más desarrollada del estadio anterior que se fraguó en la Edad Media y que el español y el portugués ya empezaron a abandonar en esa misma época. El portugués, por el contrario, presenta una doble vertiente: estaría en una fase mucho más innovadora al haber desplazado casi por completo el futuro de indicativo, pero aún poseería un carácter extremadamente conservador al mantener el futuro de subjuntivo. El español se presenta, pues, como un dominio lingüístico intermedio, cuyo extremo occidental empieza a sucumbir a la situación innovadora portuguesa, mientras que el oriental aún se asemeja a la situación del catalán.

Víctor Lara Bermejo

Universidad Autónoma de Madrid


  1. Pinkster, H., Latin syntax and semantics, Londres, Routledge, 1990.

  2. Gil, J., «El latín tardío y medieval (siglos vi-xiii)», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 149-183.

  3. Company, C., «Los futuros y condicionales», Sintaxis histórica del español, México DF, UNAM, 2006, págs. 349-418.

  4. Véase nota 3.

  5. Coseriu, E., «Sobre el futuro romance», Estudios de lingüística románica, Madrid, Gredos, 1957 / 1977, págs. 15-39.

  6. Benveniste, E., «Mutations of linguistic categories», Directions for historical linguistics: a symposium, Austin, University of Texas Press, 1968, págs. 83-94.

  7. Nocentini, A., «La genesi del futuro sintetico romanzo», Zeitschrift für romanische Philologie, vol. 117, 3, 2001, págs. 367-401.

  8. Véase nota 3.

  9. Menéndez Pidal, R., Historia de la lengua española, Madrid, RAE / Fundación Ramón Menéndez Pidal, 2005.

  10. Rohlfs, G., Grammatica storica della lingua italiana e dei suoi dialetti, Turín, Einaudi, 1968.

  11. Enguita Utrilla, J., «Evolución lingüística en la Baja Edad Media: aragonés y navarro», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 571-590. Fernández-Ordóñez, I., «Alfonso X, el Sabio, en la historia del español», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 381-420. Girón Alconchel, J., «Cambios gramaticales en los Siglos de Oro», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 859-893. Véase nota 3.

  12. Eberenz, R., «Cambios morfosintácticos en la Baja Edad Media», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 613-640.

  13. Castillo Lluch, M., «Distribución de las formas analíticas y sintéticas de futuro y condicional en español medieval», Actas del V Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española (Valencia, 31 enero-4 febrero), Madrid, Gredos, 2000, págs. 543-549. Véase nota 7.

  14. Saralegui, C., «Morfología del futuro y condicional castellanos: poliformismo antiguo y fijación lingüística», Medioevo Romanzo 8, 3, 1983, págs. 419-459.

  15. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Nueva gramática de la lengua española, Madrid, Espasa, 2009.

  16. Cano, R., El español a través de los tiempos, Madrid, Arco Libros, 2008.

  17. Penny, R, Gramática histórica del español, Barcelona, Ariel, 2004.

  18. Melis, C., «Verbos de movimiento: la formación de los futuros perifrásticos»,, Sintaxis histórica de la lengua española, México DF, UNAM, 2006, págs. 873-968.

  19. Moreno de Alba, J., Valores de las formas verbales en el español de México, México DF, UNAM, 1978. Rojo, G. y Veiga, A., «El tiempo verbal. Los tiempos simples», Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid, Espasa, 1999, págs. 2867-2933. Véase nota 15.

  20. Caricaburro, N., Las fórmulas de tratamiento en el español actual, Madrid, Arco Libros, 1997.

  21. Zamora Vicente, A., Dialectología española, Madrid, Gredos, 1967.

  22. Alvar, M. (dir.), Manual de dialectología hispánica, Barcelona, Ariel, 1996.

  23. Véase nota 19. Lapesa, R., Estudios de morfosintaxis histórica del español, Madrid, Gredos, 2000.

  24. Véase nota 21.

  25. Véase nota 22. Véase nota 23.

  26. Véase nota 15.

  27. Bull, W., Time, tense and the verb, Berkeley, University of California Press, 1971.

  28. Nunes, J. J., Compêndio de gramática histórica portuguesa, Lisboa, Livraria Clássica Editora, 1930.

  29. Vázquez Cuesta, P. y Mendes da Luz, M.A., Gramática portuguesa, Madrid, Gredos, 1971.

  30. Véase nota 28.

  31. Cunha, C. y Cintra, L.F., Nova gramática do português contemporâneo, Lisboa, João Sá da Costa, 1992. Mira Mateus M. H. et al., Gramática da língua portuguesa, Lisboa, Caminho, 2006. Said, M. A., Gramática histórica da língua portuguesa, São Paulo, Comp. Melhoramentos, 1921.

  32. Véase nota 31.

  33. Rojo, G., «El español de Galicia», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 1087-1101.

  34. Véase nota 29.

  35. Badia i Margarit, A., Gramática histórica catalana, Barcelona, Noguer, 1951.

  36. Moll, F. de B., Gramàtica històrica catalana, Valencia, Universitat de València, 1991.

  37. Pérez Saldanya, M., «Les relacions temporals i aspectuals», Gramàtica del català contemporani, Barcelona, Empúries, 2002, págs. 2567-2662.

  38. Blas Arroyo, J., «El español actual en las comunidades de ámbito lingüístico catalán», Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, 2004, págs. 1065-1085.

  39. Binnick, R., Time and the verb: a guide to tense and aspect, Nueva York / Oxford, Oxford University Press, 1991.

  40. Comrie, B., Tense, Oxford, Oxford University Press, 1985.

  41. Ultan, R., «The nature of future tenses», Universals of human language, Stanford, Stanford University Press, 1978, págs. 83-123.

  42. Véase nota 40.

  43. Véase nota 41.

  44. Fawley, W. (ed.), The expression of modality, Berlín / Nueva York, Mouton de Gruyter, 2006.

  45. Bybee, J. et al., «Back to the future», Approaches to grammaticalization, vol. 2, Ámsterdam / Filadelfia, John Benjamins Publishing Company, 1991, págs. 17-58. Bybee, J. et al., Tense, aspect and modality in the languages of the world, Chicago / Londres, University of Chicago Press, 1994.

  46. Véase nota 41.

  47. Greenberg, J., Language universals, Berlín / Nueva York, Mouton de Gruyter, 2005.

  48. Véase nota 41.

  49. Bybee, J. y Pagliuca, W., «The evolution of future meaning», Papers from the 7th International Conference on Historical Linguistics, Ámsterdam, John Benjamins, 1987, págs. 109-122.

  50. Dahl, Ö., Tense and aspect systems, Oxford, Blackwell, 1985.

  51. Véase nota 44.

  52. Binnick, R., «Will and be going to», Papers from the 7th regional meeting, Chicago Linguistic Society, Chicago, Chicago Linguistics Society, 1971, págs. 40-51.

  53. Wekker, H., The expression of future time in contemporary British English, Ámsterdam, North Holland, 1976.

  54. Véase nota 45.

  55. Véase nota 18.

  56. Bichakjian, B., «Language change: cyclical or linear? The case of the Romance future», Current issues in linguistic theory, 66, Ámsterdam / Filadelfia, John Benjamins, 1990, págs. 37-50.

  57. Sanchís Guarner, M. et al., «El Atlas lingüístico de la Península Ibérica (ALPI). Trabajos, problemas y métodos», Actas del IX Congreso Internacional de Lingüística Románica, Universidad de Lisboa (31 de marzo-4 de abril de 1959), Lisboa, Centro de Estudios Filológicos, 1962, págs. 113-120.

  58. Heap, D., Atlas lingüístico de la Península Ibérica, Londres, University of Western Ontario, 2003, [en línea]: <http://westernlinguistics.ca/alpi/?global_lang=sp>.

  59. Véase nota 3.

  60. Véase nota 40.

  61. Véase nota 45.

  62. Véase nota 41.

  63. Véase nota 31.

  64. García Mouton, P. y Moreno Fernández, F., Atlas Lingüístico (y etnográfico) de Castilla-La Mancha, 1988-1994, [en línea] <http://www2.uah.es/alecman>.

  65. Alvar, M., Atlas lingüístico y etnográfico de Cantabria, Madrid, Gredos, 1995.

  66. Alvar, M., Llorente, A. y Salvador, G., Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía, Granada, CSIC, 1968-1973.

  67. Martins, A.M., Clíticos na história do português, tesis de doctorado, Lisboa, Universidad de Lisboa, 1994.

  68. Dahl, Ö y Velupillai, V., «The future tenses», The world atlas of language structures, Oxford, Oxford University Press, 2005, págs. 278.

  69. Fleischman, S., «From pragmatics to grammar: diachronic reflections on complex pasts and futures in Romance», Lingua 60, 1983, págs. 183-214.

  70. Véase nota 56.

  71. Véase nota 45.

  72. Véase nota 69.

  73. Waugh, L., «A semantic analysis of the French tense system», Orbis 24, 1975, págs. 436-485. Waugh, L y Monville, M., «Aspect and discourse function: the French simple past in newspaper usage», Language 62, 1986, págs. 846-877.