La hagiografía germanesca en el siglo XVII: las jácaras de Cáncer, Solís, Pérez de Montoro y sor Juana

Autores/as

  • María José Alonso Veloso Universidad de Santiago de Compostela

Palabras clave:

Hagiografía germanesca, jácaras, siglo XVII, Jerónimo de Cáncer, Antonio de Solís, José Pérez de Montoro, Juana Inés de la Cruz.

Resumen

La hagiografía germanesca, modalidad de la jácara que gozó de gran éxito en la segunda mitad del siglo xvii, fue denostada de modo casi unánime a partir del xviii por su indecorosa mezcla de lo sagrado y lo burlesco, más por razones preceptivas que morales. Estas peculiares vidas de santos, cuyos protagonistas emulan andanzas marginales de jayanes del hampa, encuentran notable acomodo en la lírica de afamados autores dramáticos, como Cáncer o Solís, pero también en escritores con una producción poética sacra relevante como Pérez de Montoro o Sor Juana. Partiendo de sus relaciones con la comicidad hagiográfica y la predicación medieval o el conceptismo sacro, el presente artículo estudia los rasgos de los poemas protagonizados por personajes del santoral católico, y también las pautas editoriales de su transmisión impresa, incluso en volúmenes de obras sagradas, aprobadas y auspiciadas por autoridades eclesiásticas. El análisis revela que las composiciones de Cáncer y Solís evocan el espíritu original de las jácaras y sus rasgos característicos con dos nítidos planos, divino y marginal, de análoga importancia, mientras que Montoro y sor Juana parecen concebirlas más como un tipo de estrofa (el romance o el villancico, por ejemplo) que como un género, al privarlo de sus notas esenciales: el léxico de germanías, la materia y los personajes rufianescos. Su auge se ha interpretado como una muestra más de la hipertrofia y degeneración de la jácara en su modalidad lírica cuando, superado su momento culminante en la pluma de Quevedo, se trasvasa al espectáculo teatral, contaminando y, a su vez, contagiándose de otras formas dramáticas breves. Más bien parece que la larga tradición hagiográfica, eventualmente inmersa en recursos de comicidad usuales desde época medieval, se sirvió de un modelo de gran éxito en el Siglo de Oro, la estética matonesca, para lograr una más eficaz divulgación de la fe.

Publicado

18-07-2016