EL ARCHIVO PERSONAL DE ELENA FORTÚN EN LA BIBLIOTECA DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. UN FONDO DESCONOCIDO *

Inmaculada García Carretero


Boletín de información lingüística de la Real Academia Española
[BILRAE · 11 · Marzo de 2019]
http://revistas.rae.es/bilrae/article/view/284

Resumen: La Biblioteca de la Real Academia Española acoge desde 2012 la biblioteca y archivo personal del director de cine José Luis Borau, académico de la RAE desde 2008. En este archivo se encuentra a su vez un fondo documental que lleva el título de Archivo personal de Elena Fortún que el académico poseía. Este artículo da noticia de este importante y desconocido fondo que ofrece nuevos datos sobre la figura de la escritora y vuelve a colocarla en la actualidad.

Palabras clave: Biblioteca de la Real Academia Española; José Luis Borau; Elena Fortún; archivo personal.


El Archivo de José Luis Borau

José Luis Borau, director de cine, guionista, productor, crítico, actor, profesor y escritor, fue nombrado académico de número de la Real Academia Española en 2008.1 Era la primera vez que una figura relacionada con el cine pasaba a formar parte de la institución. A su muerte en 2012 la Biblioteca de la Real Academia Española recibió su biblioteca y archivo personal. En un principio su biblioteca iba a pasar íntegra a la Fundación Borau, creada en 2007. Entre los objetivos de la Fundación estaban la ayuda a los profesionales del cine, el estudio y promoción de la obra de José Luis Borau y la conservación de sus archivos para futuras investigaciones.2 Pero Borau

había decidido disolver la Fundación que llevaba su nombre y, a la hora de considerar dónde donar los valiosos fondos de la misma (valiosos desde todos los puntos de vista), había querido que la RAE fuera su beneficiaria

tal y como explica Soledad Puértolas.3 Así fue cómo los fondos de la Fundación Borau llegaron a la Biblioteca de la Real Academia Española, por deseo del mismo José Luis Borau. Parte de su legado ha servido también para la creación del Premio Borau de la Real Academia.4

Este fondo documental formado por su biblioteca y su archivo personal está en proceso de catalogación, si bien existe un primer inventario de los materiales que contiene. Entre la abundante documentación que alberga este archivo sorprende encontrar documentación original de la escritora Elena Fortún.

José Luis Borau y Celia

José Luis Borau produjo y dirigió la serie Celia basada en los libros de Elena Fortún para Televisión Española.5 La serie quería rendir un homenaje a Elena Fortún que, en palabras de Borau, es la escritora para niños más importante de España.6 Los guiones de la serie son del mismo Borau y de Carmen Martín Gaite. Consta de seis capítulos, aunque Borau tenía proyectados catorce.7 La serie fue rodada en 1991 y 1992 y estrenada en televisión en 1993. Obtuvo el premio Medalla de Oro del Festival de Nueva York en 1994.

Carmen Martín Gaite, desde 1986, año del centenario del nacimiento de Encarnación Aragoneses, nombre verdadero de Elena Fortún, recogió numerosos datos sobre la escritora y su tiempo. Fruto de sus investigaciones fueron las cuatro conferencias que ofreció en la Fundación Juan March en octubre de 1992,8 artículos publicados en la prensa9 y su prólogo a la edición Celia lo que dice en Alianza Editorial en 1992, «Pesquisa tardía sobre Elena Fortún». Ella siempre reconoció la influencia de la obra de Elena Fortún en su obra y en su vida. Incluso pensó escribir una biografía sobre ella, pero ese trabajo ya lo había emprendido la filóloga Marisol Dorao.10 Para la tarea de escribir esta biografía, Dorao realizó una intensa búsqueda para encontrar datos sobre la vida de la escritora. Fruto de ese trabajo fue el libro que publicó en 1999, Los mil sueños de Elena Fortún.11 Para ello viajó a los lugares en los que Encarnación Aragoneses había vivido: Madrid, Ortigosa (Segovia), Tenerife, Buenos Aires, Orange (Estados Unidos), Barcelona… Marisol Dorao logró hablar con muchas personas de su entorno, amigos y conocidos. Su labor de investigación fue enorme, exhaustiva, precisa, minuciosa. Tuvo la oportunidad de conocer a los hijos de Mercedes, amiga de la escritora, en Tenerife, quienes le proporcionaron muchas de las cartas que Encarnación le escribió a lo largo de toda su vida; a sus amigas de Buenos Aires, que también le facilitaron sus cartas; con Fernanda Monasterio, Carolina Regidor… El encuentro más fructífero de Marisol Dorao en su labor de búsqueda de datos sobre la autora, fue sin duda el que mantuvo con la nuera de Encarnación Aragoneses, Ana María Hug de Gorbea. Ella le entregó una gran maleta llena de papeles de su suegra y le pidió que se publicaran, según Dorao señala en su trabajo. Estos papeles y libros sin editar12 que Ana María Hug de Gorbea dio a Marisol Dorao, además de las cartas que Encarnación Aragoneses escribió, están la mayoría en posesión de la familia de la biógrafa de Elena Fortún. Dorao murió en diciembre de 2017. María Jesús Fraga, en el artículo que publicó en su memoria, refiere cómo ese material está en el archivo de Marisol Dorao:

Es cierto que todavía se localizan nuevos artículos, cartas, datos menores. Pero la clave de esos hallazgos siempre resulta intermediada por la mano generosa de Marisol Dorao —o de sus hijos, tan amigables y espléndidos como su madre—.13

Es por esto que resulta afortunado y novedoso el descubrimiento de este fondo documental original de Elena Fortún, seudónimo literario de Encarnación Aragoneses, y de Eusebio de Gorbea, su esposo, que alberga la Biblioteca de la Real Academia Española y que presento en las siguientes líneas.

En 1987 Borau viajó con Marisol Dorao a Estados Unidos para visitar a la nuera de Elena Fortún para conseguir los derechos de autor necesarios para poder escribir los guiones y rodar la serie de Celia. Fue Marisol Dorao quien los puso en contacto en 1987.14 No fue la única visita, ya que Borau, como representante legal de la productora El Imán, compró a Ana María Hug de Gorbea los derechos de autor de la obra de Elena Fortún para poder hacer cine y televisión a partir de sus personajes y sus historias, así como crear artículos relacionados con ellos como muñecos, juguetes, carteles, publicidad e incluso una serie de dibujos animados.15

No sabemos en qué momento Ana María Hug entregó a José Luis Borau los documentos que tenía de su suegra y que no dio a Marisol Dorao; pero podemos suponer que lo hizo en alguno de sus encuentros. Se trataba desde luego de documentos muy personales. Cuando Marisol Dorao describe los materiales que estaban en el bolso de viaje que Ana María Hug le dio en su primera visita no habla de cartas que, como veremos, es el material documental más abundante e interesante de este archivo, aunque no el único. Y no tuvo acceso a este material porque no da noticia de él ni lo utiliza para la biografía que sobre Elena Fortún escribió. Marisol Dorao nunca leyó estas cartas.16

Elena Fortún

Elena Fortún, seudónimo literario de Encarnación Aragoneses (1886-1952), fue una escritora principalmente de literatura infantil. Su obra, conocida en su momento y muy difundida, sigue siendo reconocida en la actualidad. Es la creadora de una serie de personajes infantiles entre los que destaca Celia, su personaje más popular que refleja la trayectoria vital de su autora.17 Ella, como Celia, sufrirá el exilio en Argentina y volverá a España. Celia era un personaje que parecía real, tan real que a la escritora se le va haciendo mayor. Por eso Celia va abandonando su protagonismo para dar lugar a otros personajes infantiles que forman parte de la familia de Celia: su hermano Cuchifritín, su prima Matonkikí, su hermana Mila… son personajes que dan título a los demás libros publicados de la serie. Celia siempre aparece en todos esos relatos en segundo plano.18 Todos los libros que se editaron en los años treinta y cuarenta se han seguido editando con el niño como destinatario.19 Tras estas series de libros infantiles, tras estos personajes y sus vicisitudes, encontramos una literatura que se acerca al niño de una manera absolutamente original para la época en la que el punto de vista del niño se alza sobre el del adulto sin pretender moralizar. Pero al mismo tiempo se mezcla una semblanza no exenta de crítica de la sociedad de su tiempo, de la educación, de la situación de la mujer y del niño, de las clases sociales y sus diferencias, de la religión y la cultura. Es una literatura realista, no solo costumbrista, que era leída también por los adultos, a los que la autora, de una manera sutil y ambigua, también se dirigía.20 Estamos ante una escritora para niños original en su literatura, que es capaz de llegar a lectores jóvenes y adultos. Y es la voz de una niña la que hace reflexionar sobre costumbres, valores y actitudes de la sociedad del momento.

La originalidad de Elena Fortún reside en la profundidad psicológica que da a sus personajes sobre todo a los infantiles, que son protagonistas: es capaz de empatizar con el niño utilizando su lenguaje, sus giros, expresiones, el vocabulario y incluso los tiempos verbales propios del niño; es capaz de mostrar su visión del mundo, su forma de ver a los adultos a los que quiere y respeta, pero que no comprende. Su literatura nace de la observación del niño, de su mirada, su forma de hablar, sus juegos y entretenimientos; de su sensibilidad. Prima el diálogo, ágil, comprensivo; sus libros están narrados en primera persona en un diálogo permanente con el lector, que se hace cómplice del personaje. Pertenece a la generación de escritores que revolucionaron el concepto de literatura infantil.21

Encarnación Aragoneses de Urquijo nació en Madrid en 1886. No tuvo hermanos y pasó su infancia entre Madrid y Segovia, en Abades, el pueblo de sus abuelos. A los 19 años se casó con un primo lejano, Eusebio de Gorbea, en mayo de 1906. Él era militar, pero su verdadera vocación era la escritura, sobre todo el teatro. Tuvieron dos hijos, Luis y Manuel. El pequeño murió a los 10 años. Encarna, animada por sus amigas del Lyceum Club Femenino,22 sobre todo por María Lejárraga, comenzó a escribir. Vivía en ese ambiente intelectual gracias a su esposo, que publicó y estrenó algunas de sus obras al mismo tiempo que se dedicaba al teatro como actor en pequeños grupos experimentales.23 En 1939, a punto de acabar la Guerra Civil, Encarnación acompañó a su esposo al exilio. Él había huido de España antes a través de los Pirineos. Consiguió reunirse con su esposa en París; desde allí marcharon a Buenos Aires donde se instalaron. El matrimonio vivió en Argentina desde 1940 hasta 1948, año en que Encarna volvió a España para recuperar su casa y arreglar la situación de su marido, pues el deseo de ambos era volver. Pero Eusebio se suicidó en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1948. Encarna volvió a Buenos Aires para organizar sus pertenencias y repatriar el cadáver de su esposo a España. Después fue a vivir con su hijo Luis y su nuera Ana María a Orange, en Estados Unidos, donde vivían desde los años 40. Tras una difícil temporada con ellos, decidió volver a España. Se instaló en Barcelona. Enferma, ingresó en la clínica Centellas en Puig D’Olena donde apenas recibía visitas, con la excepción de algunas amigas como Fernanda Monasterio y Carolina Regidor que fue quien organizó su traslado a Madrid, a la clínica Santa Julia, donde murió el 8 de mayo de 1952.24 Su hijo Luis parece ser que murió en 1978.25 Ana María Hug de Gorbea murió el 10 de enero de 2003 a la edad de 92 años. Luis estuvo separado de sus padres durante muchos años, pero el contacto con ellos era constante y fluido gracias a la abundante correspondencia que mantuvieron.

Encarnación Aragoneses era una escritora incansable. Además de la serie de Celia escribió más de cien cuentos infantiles que fueron publicados en diferentes periódicos.26 Fue autora de teatro;27 escribió un libro de manualidades;28 con María Rodrigo publicó una recopilación de canciones infantiles;29 publicó en Buenos Aires un librito sobre la infancia de José de San Martín30 y dos libros sobre el cuento infantil.31 Es también autora de variados artículos publicados en la prensa periódica: sus primeros artículos, que trataban de temas sociales y culturales, fueron publicados en Tenerife. En la revista Crónica, además de sus cuentos, publicó una serie sobre quiromancia32y crónicas y artículos durante la guerra sobre temas cotidianos (1937-1939).33 Y a diario, a lo largo de toda su vida, escribía cartas. Mantuvo una correspondencia regular con sus amigas: Mercedes en Tenerife; Inés en Buenos Aires; Carmen Conde, Magda Donato, Carmen Laforet… y sobre todo y ante todo, con su hijo Luis y su nuera Ana María.

El archivo personal de Elena Fortún

Bajo este título se encuentra el fondo documental de la escritora que se localiza en la Biblioteca de la Real Academia Española.

Es este material desconocido e inédito el que ocupa el tema fundamental de este artículo y del que paso a dar noticia.34

En la Biblioteca de la RAE, en el Archivo de José Luis Borau, se encuentran dos cajas archivadoras (unidades de instalación) con el título Documentación cinematográfica. Celia. Archivo personal de Elena Fortún. Contienen carpetas con documentos muy variados, inventariados, pero no catalogados.

Todo este material está compuesto por documentos personales de la familia de Encarnación Aragoneses que en un principio guardaban Luis de Gorbea y su mujer y que, tras la muerte de Luis, custodiaba Ana María Hug de Gorbea. Fue ella quien decidió dar a José Luis Borau todos estos documentos para que la vida de su suegra pudiera ser conocida y estudiada.

Se trata de certificados de defunción, de nacimiento, de matrimonio, tanto de familiares (los padres de Encarna y Eusebio), como de ellos mismos; trabajos escolares de Encarna y diplomas de estudios; fotografías familiares en diferentes lugares (Ortigosa, Madrid, Buenos Aires…); recortes de prensa; telegramas, postales y cartas, el material más abundante.

Encontramos cartas manuscritas y también mecanografiadas. Todas las cartas mecanografiadas llevan siempre una nota manuscrita con una despedida y una firma. Si las cartas están dirigidas a sus hijos, Encarna firma «vuestra madre». Si van dirigidas a su esposo, firma «Encarna». Eusebio firma «vuestro padre» cuando escribe a sus hijos y «tu Eusebio» cuando escribe a su esposa.

En ocasiones la identificación de Encarna con su nombre de escritora es absoluta pues firma así sus cartas35 y a nombre de Elena Fortún llegan telegramas a casa de su amiga María Baeza en Madrid, en la calle Tambre, donde vivió durante un tiempo en el año 1948 y 1949. Para sus íntimos será Encarna.36

En las cartas los renglones aparecen apretados, ya sea en las cartas mecanografiadas como en las manuscritas; en ocasiones responden a la escasez de papel del momento, pero dejan la sensación de que no hay espacio suficiente para escribir todo lo que se necesita contar; Encarna escribe en los márgenes de las cartas ocupando todo el espacio.

Se conservan cartas de Eusebio de Gorbea a su hijo y a su nuera (cartas dirigidas siempre a los dos); cartas de Encarna a sus hijos, como ellos los llaman (dirigidas a los dos conjuntamente y también por separado) y cartas de Eusebio a Encarna. No se conservan, lógicamente, las cartas que Luis de Gorbea o Ana María Hug escribieron.37

Gracias a estas cartas podemos conocer la verdadera personalidad de Encarna; la relación especial que existía entre ella y su marido, y también la difícil relación que había entre ellos y su hijo. Al mismo tiempo son un documento esencial de los problemas de la posguerra, de los exiliados, del día a día, pues son cartas casi diarias. También aparece en ellas crítica literaria de su propia obra y son un documento que muestra cómo era el proceso de creación de sus relatos y que da cuenta de su producción en Buenos Aires.

La correspondencia abarca una década, desde el año 1939 hasta el año 1949. Solo se conserva una carta de Encarna a su hijo fechada en octubre de 1951, la última dirigida a él que se conserva en este archivo.38 Son más de diez años de vivencias descritas antes del exilio, en el exilio y por último en España (1948-1949) cuando Encarnación Aragoneses vuelve para poner en orden su situación y la de su esposo, para preparar su vuelta.39 Tras la muerte de Eusebio en diciembre de 1948 ese proyecto de vuelta queda roto. Las cartas reflejan la incertidumbre y el desasosiego vital de la escritora que no sabe qué hacer, dónde vivir, ya sea en el año 39 al terminar la guerra, ya sea en los últimos años de su vida. Pero nunca deja de trabajar: en todos los momentos difíciles de su existencia no dejó de escribir. Escribió sus cartas y escribió sus relatos.

Tanto Eusebio como Encarna eran escritores y sus cartas son prueba de que hacían literatura sin apenas proponérselo.

Estas cartas deben ser leídas desde el más profundo respeto hacia esta mujer valiente, generosa, optimista, doliente, sensible y de profunda vida interior que fue Encarnación Aragoneses Urquijo, que no fue capaz de reconocer en sí misma su valentía, su entrega y generosidad para con los suyos y que ni siquiera supo valorar adecuadamente la calidad literaria de su obra.

Paso ahora a describir el material que hay en la RAE.

Documentación cinematográfica. Celia. Archivo personal de Elena Fortún

Caja 1.

Contiene once carpetas con la siguiente documentación:

Carpeta 1

Carpeta 2

Carpeta 3

Carpeta 4

Carpeta 5

Carpeta 6

Carpeta 7

Carpeta 8

Carpeta 9

Carpeta 10

Contiene certificados de cursos realizados por Encarnación Aragoneses:

Carpeta 11

Esta carpeta contiene otra carpeta antigua con una papeleta grapada con la leyenda «Cartas de Encarna dic. 1948 (muerte de Eusebio) a marzo 1949 (salida de España para Buenos Aires) a noviembre 1949 (salida para EE.UU.)». Las cartas son mecanografiadas, excepto cuando indico lo contrario. Además de cartas aparecen recortes de prensa, telegramas y anotaciones. Ordeno la documentación por fechas. Cuando se trata de cartas señalo el autor y el destinatario.

El resto del material que contiene esta carpeta son cartas que presento por fechas:

1948

Encarna a sus hijos:

1949

Todas las cartas son de Encarnación Aragoneses excepto cuando indico lo contrario.

Caja 2.

En este archivador encontramos tres carpetas. La primera contiene cartas y postales de Encarnación Aragoneses y Eusebio de Gorbea a sus hijos. La segunda, certificaciones de bautismo y de matrimonio de los padres de Eusebio. La tercera acoge cartas, telegramas y tarjetas postales.

Carpeta 1

Dentro de esta carpeta se encuentra otra carpeta color crema con una papeleta grapada con la siguiente leyenda: «Cartas de padres de Buenos Aires desde nov. 1939 a dic. 1948. Muerte de Eusebio». Posiblemente sea caligrafía de Luis de Gorbea. En una pestaña de la carpeta original se lee: «Cartas Padres Argentina 1939-194…»

Están ordenadas desde la más reciente (5 noviembre de 1948) a la más antigua (29 de octubre de 1939). Están ordenadas por fechas. En algunos momentos hay cartas de Eusebio y de Encarna por separado (Eusebio escribe desde Buenos Aires y Encarna desde Madrid desde mayo de 1948 hasta diciembre de 1948 que es cuando muere Eusebio); las cartas aparecen intercaladas, ordenadas por fecha. La última carta de Eusebio está en la caja 1, carpeta 11 con fecha de 12 de diciembre de 1948. Los destinatarios son siempre Luis y Ana María.

Doy noticia de ellas ordenadas cronológicamente. Indico si son cartas mecanografiadas (mc.) o manuscritas (ms.) y también el emisor.

1939

1940

1941

1942

1943

1944

1945

1946

1947

1948

Carpeta 2

Carpeta 3

Esta carpeta contiene otra carpeta color crema que tiene una papeleta grapada en la que se lee: «Cartas Madrid, 9-II-1939 a telegrama de La Rochelle 10-X-1939». Y en la pestaña de la carpeta leemos: «Cartas Padres de Europa 1939». La letra es posible que sea de Luis de Gorbea.

Hay una carta que no es de 1939:

Doy noticia del contenido de esta carpeta por orden cronológico.

1939

Las cartas y radiogramas los escribe Encarna a los tres, su marido, su hijo y su nuera. Las cartas son manuscritas casi todas; cuando están mecanografiadas, lo indico. Los destinatarios están en Zurich, Suiza.

He creído conveniente dar noticia de todas y cada una de las unidades documentales que este archivo contiene. Ante todo, cada carta. Cada una de ellas tiene valor en sí misma, la abundancia de cartas no les resta interés. Unas veces mostrarán inquietudes familiares muy personales y otras serán muestra de un periodo de la historia de los españoles reflejada de una forma personal, clara, diaria y cotidiana, pues contiene parte de los problemas, inquietudes, desasosiegos e incertidumbres que tuvieron que vivir tantas personas al intentar salir de España y al tener que establecerse después en un nuevo país con una cultura diferente, a pesar de compartir un mismo idioma. Es el drama diario, que es también actual; pero que en este caso es un testimonio verdadero de gran valor de los exiliados españoles en las personas de Eusebio de Gorbea y de Encarnación Aragoneses. Y no solo de ellos dos, sino que a través de sus palabras podemos tener noticia de otros tantos españoles que consiguieron ganarse la vida y poder volver a tener ilusiones, o al menos esperanza. En las cartas se da noticia de exiliados como Magda Donato, Salvador Bartolozzi, Victorina Durán, María Martos de Baeza… y en España, de Matilde Ras, Matilde Calvo y los amigos de la familia Gorbea, por mencionar a algunos.

Además, estas cartas tienen un valor literario, como ya he señalado. Y contienen crítica literaria. Al mismo tiempo se pueden seguir las huellas de la actividad creadora de Elena Fortún que va narrando lo que consigue publicar en Buenos Aires, los proyectos que termina y ven la luz, y los proyectos que no culminan, ya sea por esa falta de ese lenguaje castellano que dice la escritora que necesita, al mismo tiempo que necesita España para escribir. Pero desde el exilio crea novelas y cuentos que son leídos y esperados en España con interés y expectación, al mismo tiempo que publica en América cuentos y artículos en periódicos como El Sol, El Hogar o Crítica.49

Como hemos visto, la mayor parte de las veces los destinatarios de las cartas son su hijo Luis y su nuera Ana María, a la que tratan siempre como a una hija. Las relaciones entre ellos están llenas de desencuentros, pero muestran delicadeza en el trato por parte del matrimonio Gorbea. El amor por su hijo es siempre incondicional, a pesar de los reproches que parece que reciben de él. Y él guardó, ordenó con sumo cuidado todo aquello que tenía que ver con sus padres. Estas cartas muestran la importancia que la familia tuvo para Encarnación Aragoneses. El tipo de vida que su sociedad le imponía como mujer, el papel de buena madre y ama de casa, no tenía que ver con la forma en la que ella quería vivir y la forma en que entendía el mundo. Y a pesar de que se sintió fracasada por ello, en realidad fue una pionera que supo cuidar a su familia, vivir para ella y por ella y al mismo tiempo, poder ser ella misma.50 Y realizar aquello para lo que sentía llamada: escribir. Y a través de su escritura, de sus cuentos y libros dio a sus contemporáneos y a tantas generaciones posteriores a la suya, tanto niños como adultos, ratos de felicidad, reflexión, conocimiento, profundidad y vida interior, que es al fin lo que la literatura nos proporciona.

Son unas cartas que cubren diez años de la vida de la escritora y que dan luz a esos años un tanto desconocidos de su biografía. Una edición completa del epistolario de Encarnación Aragoneses Urquijo y de su esposo Eusebio de Gorbea sería de interés y valor para cubrir esa década delicada, dolorosa y llena de dificultades que supieron afrontar gracias al apoyo mutuo, al de los amigos y, sobre todo, gracias a la escritura. Emprendo esta tarea de edición de la correspondencia de Eusebio de Gorbea y Encarnación Aragoneses con la intención de poner de actualidad a estos dos escritores y al mismo tiempo colocarlos en el lugar que les corresponde dentro de la historia de la literatura española y dar el merecido valor a la literatura infantil del siglo xx en la figura de Elena Fortún, quizás la mejor escritora española para niños.

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NOTAS

* Agradezco a don Pedro Álvarez de Miranda, académico bibliotecario, y a doña Aurora Egido, académica secretaria, la autorización para dar noticia de estos fondos documentales, así como su apoyo y su interés. Doy las gracias también a todo el personal de la Biblioteca de la Real Academia Española por su acogida y su amabilidad: José Santos, Paz García Ordóñez, José María Quijano y José Manuel Sánchez de León; en especial a Rosa Arbolí, bibliotecaria de la RAE, que me abrió las puertas de la Biblioteca para trabajar con el archivo de Elena Fortún. Gracias por todo. También agradezco a mis compañeras de CORPES de la RAE, Mercedes Sánchez (coordinadora), Julia Fernández y Alba Legazpi su apoyo y ánimo en el proceso de descubrimiento de este fondo documental, así como por la lectura atenta de este artículo, que se ha visto enriquecido con sus observaciones.

  1. Cf. http://www.rae.es/academicos/jose-luis-borau-moradell.

  2. Véase Boletín Cine/Madrid, número 98, 2007, disponible en http://www.madrid.org/clas_artes/cine/bsemanal/archivos/bol98/fundacionborau_boletincinemadrid8.pdf. También El País, 24-11-2012, disponible en https://elpais.com/cultura/2012/11/23/actualidad/1353684682_964758.html.

  3. Puértolas, Soledad: «José Luis Borau: in memoriam». Boletín de la Real Academia Española, tomo xcv, cuaderno cccxi, enero-junio de 2015, pág. 274, disponible en http://revistas.rae.es/brae/article/view/48/121.

  4. El 22 de noviembre de 2012, un día antes de su muerte, se dio noticia de la creación del Premio Borau en un homenaje al académico que se celebró con ocasión de la presentación del libro Borau. La vida no da para más, de Bernardo Sánchez Salas, Madrid: Pigmalión, 2012, con prólogo de Soledad Puértolas, donde la académica anuncia el proyecto de «habilitación de una Sala Borau, dentro del edificio de la RAE (C/ Felipe IV, 4) para acoger los valiosos fondos atesorados por el académico» (pág. 13). Esta sala está pendiente de ser creada.

  5. En un principio el director de la serie fue José Luis Cuerda, que dirigió los dos primeros capítulos. Después el mismo Borau pasó a dirigir la serie debido a una serie de desencuentros con Cuerda. «La serie Celia ha desencadenado una guerra entre dos pesos pesados del cine español, José Luis Borau y José Luis Cuerda. Borau, productor de la serie, se hizo cargo de la dirección el 24 de junio, tras el despido de Cuerda. Las razones aducidas por la productora El Imán Cine y Televisión son discrepancia en el concepto artístico» en El País, 4 de julio de 1991, disponible en https://elpais.com/diario/1991/07/04/cultura/678578405_850215.html.

  6. Se pueden escuchar las palabras de Borau en http://www.rtve.es/alacarta/videos/celia/celia-asistimos-preestreno-cine-dore/457195/. Además «me parecía de justicia reivindicar a Elena Fortún, posiblemente el mayor talento de la literatura infantil de este país. Hay muchos escritores (García Hortelano, Gil de Biedma, Ignacio Aldecoa o Carmen Martín Gaite) que reconocen haber empezado a escribir y sobre todo a dialogar después de haber leído Celia», El Mundo, 5 de enero de 1993.

  7. En el prólogo al libro Pido la palabra que recoge varias conferencias de Carmen Martín Gaite, José Luis Borau habla de esos «catorce guiones de una hora de duración —y dos años de ocupación— con que ambos [Borau y Carmen Martín Gaite] adaptamos las primeras andanzas de su heroína infantil favorita, la Celia de Elena Fortún: todo para que luego en el castillo de las tres murallas (léase Televisión Española) solo aceptaran rodar media docena de capítulos sin que nadie se tomara nunca la molestia de explicarnos por qué». Pido la palabra, Anagrama, 2002, pág. 10. Todos los guiones de los capítulos, tanto los que fueron rodados como los que no, se encuentran en la Biblioteca de la Real Academia.

  8. El ciclo de conferencias se tituló Celia lo que dijo. Las cuatro conferencias llevan por título «Elena Fortún y su tiempo», «Elena Fortún y sus amigas», «Arrojo y descalabros de la lógica infantil» y «La interpretación poética de la realidad». Se pueden escuchar en https://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22086. También están recogidas en Pido la palabra, op. cit.

  9. Los artículos sobre Elena Fortún de Carmen Martín Gaite están recogidos en el libro Tirando del hilo (artículos 1949-2000). Madrid: Siruela, 2010, edición de José Teruel: «El crecimiento de Celia», publicado en El País, 14 de junio de 1987 y «Celia, raíces y frutos» publicado en El Europeo, n.º 34, julio-agosto de 1991.

  10. Cuando Carmen Martín Gaite empezó a recoger datos sobre Elena Fortún se encontró con que Marisol Dorao «con un tesón incomparable se ha dedicado a almacenar documentos sobre nuestra querida escritora, [] tiene todos los documentos posibles e imaginables». Estas palabras son parte de una carta que Carmen Martín Gaite me escribió el 6 de octubre de 1995. Marisol Dorao tenía muchísimos datos, pero tenía que ordenarlos. Martín Gaite en la misma carta declara que ya había abandonado un primer proyecto que tenía de colaborar con Dorao, pues no lo veía viable según me confirmó en la Feria del Libro de Madrid de ese mismo año. Pero siempre tuvo la inquietud de seguir indagando sobre la vida de Elena Fortún: «Carmen Martín Gaite se interesó por los numerosos silencios que aún recaen sobre la biografía de Elena Fortún. Según me ha declarado Ana María Martín Gaite este proyecto le siguió tentando compulsivamente hasta el fin de sus días». Teruel, José. Tirando del hilo, op. cit. pág. 58.

  11. La primera edición apareció en Publicaciones de la Universidad de Cádiz; la segunda edición en la editorial Alboroque no lleva fecha. El título es un homenaje a la novela que Eusebio de Gorbea publicó en 1922, Los mil años de Elena Fortún, de donde Encarnación Aragoneses tomó su seudónimo. Marisol Dorao tuvo bastantes dificultades para escribir su libro. Ya he señalado cómo Carmen Martín Gaite conocía que Dorao tenía mucho material y que debía ordenarlo; así me lo decía la misma Marisol en una carta que me envió el 30 de septiembre de 1995 desde Cádiz: «… después de haber ido a Estados Unidos, a la Argentina y a las islas Canarias, después de haber tenido entrevistas en Madrid, en Segovia, en Barcelona… me encontré de pronto con una cantidad tal de datos, que hacer uso solamente de los indispensables me está resultando una tarea de titanes». El subrayado es de Marisol Dorao.

  12. Entre esos papeles estaba el libro Celia en la revolución que Aguilar publicó en 1987, edición de Marisol Dorao. La obra ha sido recientemente reeditada por la editorial Renacimiento (Sevilla, 2016). También Marisol Dorao encontró el manuscrito de la novela Oculto sendero, publicado por la editorial Renacimiento en 2016, y la novela El pensionado de Santa Casilda, que no ha sido publicada. Las directoras de la Biblioteca Elena Fortún de la Editorial Renacimiento están preparando su edición, que no está libre de problemas textuales. Véase Raquel C. Pico, «El oculto sendero de Elena Fortún», Librópatas, recuperado de http://www.libropatas.com/libros-literatura/oculto-sendero-elena-fortun/.

  13. «Marisol Dorao o la interpretación generosa de la investigación literaria», El País, 31 de diciembre de 2017, disponible en https://elpais.com/cultura/2017/12/31/actualidad/1514737154_046217.html. También se conservan cartas de Elena Fortún dirigidas a Carmen Conde en el archivo del Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver, https://patronatocondeoliver.cartagena.es. Cf. Fraga, María Jesús, «Elena Fortún y Carmen Conde, memoria de una amistad en ocho cartas», Clarín, 2015, n.º 119, págs. 79-88.

  14. En El País, 3 de enero de 1993, en una entrevista a José Luis Borau, él cuenta cómo viajó en 1987 a Pensilvania con Marisol Dorao para poder comenzar la gestión de cesión de derechos de autor con los herederos de Encarnación Aragoneses. https://elpais.com/diario/1993/01/03/radiotv/726015602_850215.html

  15. En 1988 Ana María Hug de Gorbea y José Luis Borau como representante único del Imán, Cine y Televisión S. A. firmaron un contrato de venta de derechos de autor para poder filmar la serie. En 1993 se ratificó ese acuerdo, pues Borau tenía el proyecto de hacer una película basada en los libros de Celia que se iba a titular La gran aventura de Celia. Si bien la serie de televisión abarca los dos primeros títulos de la serie, la película se ocuparía de los siguientes títulos que tienen al personaje de Celia como protagonista. Estos contratos están en la Biblioteca de la RAE, en el Archivo Borau, así como el guion de la película que nunca se rodó.

  16. «… encontré un contenido abundante y de lo más variado: papeles sueltos, borradores, cuadernos con retazos de diarios personales, recortes de periódicos, periódicos completos con cientos de artículos suyos, cuadernitos de direcciones, dos novelas [] y lo más maravilloso de todo [] el texto completo de Celia en la revolución». Dorao, Marisol, op. cit. pág. 11.

  17. Jaime García Padrino ya señalaba la profunda conexión que existía entre la vida y la obra de la autora. Véase García Padrino, Jaime, «El mundo literario de Elena Fortún», Elena Fortún (1886-1952), Asociación Española de Amigos del IBBY, Madrid, 1986, pág. 67.

  18. Volverá a aparecer una Celia adolescente y joven en los títulos Celia madrecita y Celia institutriz. Es así como, escondidos entre los títulos clásicos de la serie que recuperan la voz del personaje de Celia tras las aventuras de su hermano Cuchifritín y su prima Matonkikí, tenemos estas dos novelas que han sido relegadas al niño y a los nostálgicos, pero que es necesario recuperar como literatura del siglo xx; no se trata de libros que pertenecen al corpus de la literatura infantil; las historias, las anécdotas, las costumbres que narra su autora ya no son las de un niño, como no son de niños los problemas e inquietudes que se narran ni tampoco el punto de vista.

  19. La reedición de los libros de Celia, que es como se los ha llamado a lo largo del tiempo, ha sido una constante editorial. Aguilar editó y reeditó sus títulos desde el año 1929. Después se han sucedido las reediciones en Alianza Editorial, América Ibérica y Ediciones Altaya con excepción de algunos de sus últimos títulos. El último título publicado por Aguilar fue Celia en la revolución, en 1987. Hasta 2016 no volvió a ser editado, como ya he señalado. Es la editorial Renacimiento quien se ha encargado de esta reedición y ha abierto una colección, Biblioteca Elena Fortún, que pretende sacar a la luz toda la obra de la autora comenzando por los últimos títulos de la serie, escritos en el exilio. La publicación de Oculto sendero, obra inédita que no tiene por destinatario al niño, sitúa a Elena Fortún en el panorama literario actual. A pesar de estos intentos, la obra de esta escritora no está tratada todavía como merece. Se hace necesaria una edición crítica de sus textos (que no existe) para que los textos clásicos de literatura infantil sean tratados como se debe. Tanto por su calidad literaria como por la diversidad de sus temas, la obra de Elena Fortún es digna de reconocimiento. Francisco Nieva reclamaba la atención de la crítica literaria y de la Universidad para la literatura infantil y en particular para la obra de Elena Fortún en un artículo publicado en ABC, 3 de junio de 1990: «Elena Fortún y Richmal Crompton», disponible en http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1990/06/03/003.html. En 1986, año del centenario de su nacimiento, la crítica se ocupaba de Elena Fortún, aunque ya había sido objeto de estudio por los historiadores de la literatura infantil como Carmen Bravo-Villasante en 1958 («Un nuevo concepto del cuento infantil: Bartolozzi y Elena Fortún», El Libro Español, noviembre 1958, págs. 583-590) y en 1977, Carlos Castro Alonso (Clásicos de la Literatura Infantil, Valladolid, Lex Nova, 1977, págs. 165-179).

  20. «Hay muchos mayores también que leemos los libros de Elena Fortún, porque nos divierten y porque en ellos se descubre el maravilloso secreto del escribir sencillo y llano, que es uno de los más impenetrables. Yo sé de algún capitán de Caballería y de algún ingeniero agrónomo que en los descuidos de sus niñas les quitan los libros de Celia para leerlos». Carabias, Josefina, Informaciones, 6 de agosto de 1948. También Carmen Martín Gaite señala que «la calidad y el carisma del personaje [de Celia] hace que valga tanto para niños como para adultos», C, A. «Celia lo que dice en Blanco y negro», ABC, 10-06-1991, disponible en http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1991/06/10/156.html.

  21. En los años 20 y 30 la literatura infantil rompe con una literatura anterior que, aunque tenía al niño como protagonista, tenía una clara intención moralizante. Antoniorrobles, Salvador Bartolozzi, Magda Donato son ejemplos de escritores infantiles que rompieron con esa literatura anterior. El mundo de la infancia, su lógica, sus juegos formaron parte de los recursos de los movimientos de vanguardia que estaban surgiendo y afianzándose. Así, José López Rubio, Edgar Neville, Ramón Gómez de la Serna escribieron cuentos para niños; otros autores como Lorca y otros poetas de la generación del 27 se sirvieron de imágenes relacionadas con la infancia. La tradición, el folklore infantil está presente en sus obras.

  22. Cf. Aguilera Sastre, Juan: «Las fundadoras del Lyceum Club Femenino Español», Brocar. Cuadernos de Investigación Histórica, n.º 35, 2011, págs. 65-90. María Lejárraga, esposa de Gregorio Martínez Sierra y escritora, la animó a escribir y dar forma a las anotaciones que Encarna tenía en sus cuadernos.

  23. Cf. Fraga, María Jesús, «Los autores como actores en el teatro experimental español de los años veinte», Revista de Literatura, 2010, enero-junio, vol. lxxii, n.º 143, págs. 137-156. Aquí se da cuenta de la actividad como actor de Eusebio de Gorbea que participó en los grupos El Caracol, El Cántaro Roto y El Mirlo Blanco. La figura de Eusebio de Gorbea merece una atención especial pues es un dramaturgo cuya obra está pendiente de recuperar. Además de teatro escribió también poesía, novelas y publicó artículos en la prensa. En 1929 recibió el premio Fastenrath de la Real Academia Española por su obra de teatro Los que no perdonan.

  24. Muchos de estos datos se recogen en la biografía de la autora Los mil sueños de Elena Fortún, 1999, de Marisol Dorao.

  25. Esta es la fecha que da Marisol Dorao (ibíd. pág. 388). Según Nuria Capdevila, Luis de Gorbea se suicidó en 1954 (prólogo a Oculto sendero, pág. 13). No queda clara, por tanto, la fecha de la muerte de Luis de Gorbea. Podemos leer en el ABC del lunes 29 de diciembre de 1986 un artículo en el que se dice que Luis de Gorbea ofreció a Manuel Aguilar en 1963 el manuscrito de Celia en la revolución y que entonces no pudo ser publicado debido a la censura franquista. «Celia en la revolución: unos ojos de niño que contempla la locura adulta de la guerra. Rescatado en Nueva York un texto inédito de Elena Fortún», disponible en http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1986/12/29/033.html.

  26. La serie Celia empezó a ser publicada en Gente Menuda, páginas infantiles de la revista Blanco y Negro de ABC; sus cuentos fueron publicados en Gente Menuda, en la revista Crónica y en algunas otras revistas infantiles como El perro el ratón y el gato, Macaco y en periódicos como La Vanguardia. Algunos de estos cuentos fueron recopilados por la autora en los libros Los cuentos que Celia cuenta a las niñas (1950) y Los cuentos que Celia cuenta a los niños (1951); el nombre de Celia aparece en el título por razones editoriales, pero al mismo tiempo da continuidad a la vida de su personaje, que así parece real al presentar al personaje de Celia como creadora de los cuentos.

  27. Sus obras de teatro aparecen recogidas en el título Teatro para niños. Doce comedias, Madrid, Aguilar, 1942. Después volvió a ser editado en 1948 con el subtítulo de Once comedias, pues una de las obras fue prohibida por la censura.

  28. El bazar de todas las cosas, Madrid, Aguilar, 1935.

  29. Canciones infantiles, Madrid, Aguilar, 1934.

  30. San Martín niño. La infancia imaginaria del Libertador, Buenos Aires, Aguilar, 1950.

  31. Pues señor… cómo debe contarse el cuento y cuentos para ser contados, Buenos Aires, Elefort, 1941 y El arte de contar cuentos a los niños, Buenos Aires, Instituto Cultural Joaquín V. González, 1947.

  32. También publicó un libro sobre ese tema, El mapa del destino sobre la palma de la mano, Madrid, Aguilar, 1936. Se trata de una edición difícil de encontrar hoy y que no ha sido reeditada. Cf. Blanes Noguera, Pepa, «Elena Fortún y la quiromancia», Hibris: Revista de bibliofilia, n.º 48, 2008, págs. 22-28.

  33. Cf. Fraga, María Jesús, Elena Fortún periodista, Madrid, Ed. Pliegos, 2013. Este libro da cuenta de las publicaciones en prensa de Elena Fortún en diversos periódicos y revistas en España.

  34. Mercedes Sánchez, coordinadora del proyecto CORPES de la RAE con quien yo trabajaba, me habló de este fondo, así como José Manuel Santos. Rosa Arbolí, bibliotecaria de la RAE, me dio la oportunidad de trabajar con este archivo. A ellos debo la satisfacción y emoción de descubrir estos documentos y darlos a conocer.

  35. En las cartas que escribe a Carmen Laforet, Carmen Conde, Matilde Ras y Esther Tusquets siempre firma «Elena» o «Elena Fortún». Cf. El camino es nuestro, Madrid, Fundación Banco Santander, 2015 y De corazón y alma, Madrid, Fundación Banco Santander, 2017. En las cartas que escribe a Mercedes, su amiga de siempre, firma «Encarna»; en las cartas que escribe a Inés, su amiga de Buenos Aires, no tengo noticia de cómo firma.

  36. La identificación con el nombre de Elena Fortún es tan profunda que, en su lápida en la sacramental de San Justo donde está enterrada, se puede leer este nombre. En cambio, en su papeleta de enterramiento, el nombre que aparece es el de Encarnación Aragoneses.

  37. Estas cartas deben de estar en el archivo de Marisol Dorao, pues ella copia fragmentos de ellas en su trabajo. Algunas fueron destruidas por la misma Encarna: eran las cartas que su hijo escribió a su padre que estaba en Buenos Aires antes de su muerte y que parece ser que influyeron en la decisión de Eusebio de quitarse la vida (Los mil sueños de Elena Fortún, pág. 247).

  38. La última carta que Encarna escribió a su hijo Luis es de febrero de 1952. Dorao, Marisol, op. cit, pág. 388.

  39. Una de las mayores preocupaciones de Encarna era recuperar la casa que tenían en Chamartín que tras la guerra había sido ocupada, como había ocurrido con tantas viviendas. Su casa era su herencia para sus hijos y un medio de procurarse una renta. La principal razón de su viaje a Madrid tras casi nueve años en el exilio fue poner en orden los papeles que acreditaban que la casa era suya, al mismo tiempo que intentaba conocer su situación y la de su esposo ante las autoridades competentes.

  40. Los Boletines de Argentores (Sociedad General de Autores de la Argentina) eran publicaciones especializadas sobre teatro.

  41. Esta carta es la última que Encarnación Aragoneses escribió a su hijo que se conserva en este archivo. Es una carta desgarrada en la que le pide que escriba a su médico preguntando por su salud, para que el médico sepa que su hijo se preocupa por ella.

  42. Esta carta prueba cómo el doctor Ribas Soberano, diputado por Barcelona en 1932, médico de Luis Companys y destinado a Alicante en 1947, siguió ejerciendo la medicina en Barcelona, donde tenía prohibido ejercer. Vicente Molina Foix habla de él como el «doctor desterrado» en su novela El joven sin alma, Barcelona, Anagrama, 2017.

  43. Todas estas fotografías son inéditas.

  44. Eusebio copia en esa carta un radiograma de Encarna de fecha de 25 de abril desde el Juan de Garay. Salió hacia España el sábado 24 a las 5 de la tarde.

  45. Relata el viaje de Encarna desde Río de Janeiro, Tenerife, Lisboa, Barcelona, Madrid.

  46. Se trata de un texto escrito por Luis Gorbea donde hace un inventario de las cuentas corrientes que tienen él y su mujer en España, así como de sus bienes (muebles, libros, utensilios de cocina, ropa de casa y de vestir) que se encuentran en un guardamuebles en Albacete.

  47. Así lo escribe siempre Encarna.

  48. Antonio de Irala fue secretario general de la Presidencia del Gobierno vasco, miembro de su delegación en París y delegado del Gobierno vasco en Nueva York. Trabajó para la Liga Internacional de los Amigos de los Vascos. Cf. http://www.euskalnet.net/mugarte/ANTON.htm

  49. Cf. Dorao, Marisol: «Nuevas aportaciones a la bibliografía de Elena Fortún. Escritos de Buenos Aires». En Lazarillo, Revista de la Asociación de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, 2000, n.º 1. La autora ofrece un largo listado de colaboraciones en la prensa de Elena Fortún y también de textos mecanografiados preparados para ser editados. Estas colaboraciones no han sido estudiadas y se encuentran en el archivo de Marisol Dorao.

  50. Encarnación Aragoneses fue «reflejo de la mujer de entonces: innovadora y portadora de una tradición de la que no se quiere desprender del todo, su imagen, como su nombre son los de una mujer que quiso vivir otra vida desde la literatura», García Cañete, Marta, «Enseñar deleitando. Un análisis de las primeras publicaciones de Elena Fortún en Gente Menuda (junio-diciembre 1928)», Voces de la feminidad. Estudios de Literatura, Lingüística y Retórica, vol. ii, Madrid, CEU Ediciones, 2007, págs. 9-21.